Nacho Micieli: El cocinero referente de la gastronomía de vanguardia.

Ingancio Micieli, es nacido en La Plata, pasó parte de su infancia en Patagones. Se fue a estudiar ingeniería química y volvió como unos de los mejores cocineros de la Comarca. Instaló Verona, y marcó una bisagra en la gastronomía local, por su innovación y excelencia. Hoy es un empresario gastronómico exitoso que lleva a delante varios comercios importantes.

Contodogusto.com.ar charló con él e hizo un repaso de su carrera y su preparación, su visión de la gastronomía local y como nacieron sus emprendimientos.

¿Cómo fue el comienzo del Nacho cocinero?

En el 2008 me fui a estudiar a La Plata, ingeniería química. Me resultaba fácil estudiar en ese momento y sabía que ganaban bien. En octubre de ese año les dije a mis viejos que no seguía. Me vine a Patagones, me hice un test vocacional y me dio que tenia que estudiar cine, asique me fui a estudiar cine a La Plata hasta junio de ese año, y en julio comenzaba la carrera de cocina. Fue como un manotazo de ahogado, para no tener que ponerme a trabajar 100 por ciento y empezar a mantenerme yo. Asique trabajaba en la farmacia de mi tío a la mañana y cursaba dos días por semana. Me re enganche y cuando me recibí, en 2011  empecé a trabajar en una sangucheria, después un primo puso un restaurante y fui como jefe de cocina. Al principio nos fue bien y cuando empezó a decaer, trajo a otro chico que tenía más experiencia que yo y ahí me fui a Caviahue, que es un centro de esquí en el sur. Trabaje en un bar de tapas. Estuve una temporada de invierno, el lugar era el primer año que abría, no trabajábamos mucho pero estuvo bueno como experiencia. Después volví  a La Plata, busque los 10 mejores restaurantes de Buenos Aires y lleve curriculum a todos. En Café San Juan no me abrieron la puerta y lo tire por abajo, a los 10 días me llamaron que empezaba. Era un lugar no muy grande pero super top, con mucha repercusión en la tele, estuve 4 meses más o menos. Fue terrible escuela, se laburaba y se aprendía mucho.  

¿Leandro cristobal les enseñaba?

Él físicamente no estaba mucho. No se ponía a explicar, pero los jefes de cocina que tenía eran igual de capos que él. Ahí aprendí muchísimo pero en un momento no dio para más. Los viajes eran un bajón yo vivía en La Plata y esto era en Capital.

Después de esto, empecé a hacer viandas en el departamento en La Plata, llegamos a hacer 42 viandas pero también en un momento no dio para más y ahí decidí venir a Patagones. Así arranco el Nacho cocinero.

¿Cómo están los negocios que llevas adelante?

Verona en octubre cumple 6 años, viene bárbaro. Patagones nos recibió de forma espectacular en su momento y seguimos a full por suerte.

¿Fue difícil la pandemia? 

Muy difícil, más que difícil la verdad, pero nos dejó nuevas formas de trabajar. No estábamos tan abocados al delivery y en su momento fue 100 por ciento delivery. hubo que amoldarnos, tanto la cocina como los mozos, para colaborar todos en el armado de los pedidos, coordinar con las aplicaciones de deliery, eso quedo.

¿Cómo nació Verona?

Yo vivía en La Plata, hacia viandas en un departamento, y en un momento había que irse de la ciudad. Me vine para acá donde, viven mis viejos. Hice la escuela acá, nací en La Plata, pero me vine a vivir de chico a Patagones.

Cuando vine, me fui a vivir a lo de mis viejos, hacia viandas. Empecé haciendo 10 por semana y a los dos meses estaba haciendo 100 en la casa de mis viejos con un mechero, un disco, un horno de barro y la casa dada vuelta. En un momento no dio para más, ya necesitaba alguien que me ayude, había un empleado, Fermín, que todavía está viviendo en el país Vasco. Teníamos que mudarnos pensamos en un restaurante. Buscamos  lugares, una casa antigua, ese estilo rustico que, en ese momento estaba poniéndose de moda en La Plata y en Buenos Aires. Apareció el lugar y ahí arrancamos con mi socia y funcionó desde el primer momento. Gracias a nuestro trabajo y el esfuerzo que le pusimos. Estuvimos todo el tiempo  encerrados trabajando. Abrimos un primero de octubre para la familia y amigos, como una cena presentación, que no tengo ningún recuerdo por los nervios. Esa noche fue para eso, para pulir. Al otro día empezó otro cocinero, porque no dábamos a basto. Desde ese día, hasta que terminaron las vacaciones de invierno del año siguiente, fueron 8 meses que de martes a domingo estaba constantemente lleno, cola para entrar, reservas completas etc.

Fue una gran alegría ya que fue una apuesta absoluta, habían muchas dudas de si iba a funcionar, si bien yo tengo mucho aprecio por la Comarca, sabía que el movimiento de Viedma es mayor al de Patagones pero yo quería Patagones y así fue.

¿Crees que el éxito de Verona se dio por lo diferente de la propuesta?

Puede ser. Estaban los restaurantes de siempre, los tradicionales. La gastronomía local no había dado ese paso más, que si se estaba dando en Buenos Aires. La idea fue traer un concepto nuevo, sabíamos que acá no estaba,  era una apuesta y funcionó.

¿Crees que la gente ha cambiado sus exigencias a la hora de salir a comer?

Si, la gente exige más, incluso siento  que la gastronomía en general, se activó. Empezaron a aparecer lugares nuevos, empezó a aparecer el tema de las cervecerías, pero fue un acompañamiento de crecimiento gastronómico en toda la Comarca y es algo súper positivo, porque hay trabajo para todos.

¿De donde viene  el nombre Verona?

Verona en realidad es el nombre de mi perra, que se llama así por Juan Sebastián Verón

¿Cómo fue lo de Roma?

Lo de Roma no se en realidad bien cómo surgió, pero fue un éxito. Mis socios se encargan de la cerveza, nosotros de la comida y fusionamos. Ahora se mudó de calle Saavedra a la costanera, donde ha tenido un gran comienzo. Gran acompañamiento de la gente, que ya nos conoce, sabe quiénes somos y nos tira buena onda, eso te da más ganas de seguir apostando y seguir craneando cosas como para que esto siga creciendo.

¿Notas en vos  el cambio del cocinero al empresario?

La realidad es que en la cocina cada vez estoy menos. Estoy más en compras, en proveedores, en coordinación, los cambios de carta los organizo yo con los jefes de cocina. Ellos tienen lugar para que nos ayuden, porque ellos son los que están en el día a día, son los que saben que se vende, más que se vende menos. Por más que yo lo pueda ver en las estadísticas de un programa de computadora, los que realmente están ahí son ellos. Por eso le damos lugar a que nos sugieran cambios, lo que nos facilita el trabajo.

¿Hoy estas mas cerca del empresario que del cocinero?

Si se puede decir que si, a Verona voy a veces a cocinar. El miércoles hacemos una cena de seis pasos maridada con vinos que ahí voy a estar cocinando.

¿Qué es lo que más te gusta cocinar?

Me gusta hacer escabeches, locro, conservas en general, me gusta hacer cosas en vinagre y pescados.

¿Crees que le falta algo a la propuesta gastronómica de la comarca?

Creo que estamos avanzando mucho, siempre falta algo pero también tenemos que tener en cuenta la cantidad de personas que somos en la Comarca, por que vos decís bueno, Buenos Aires hay un millón de ofertas, pero porque hay mucha más gente, mucho turismo, es interminable el turismo la cantidad de gente que gira, más allá de la gente que vive es incalculable. La Comarca está creciendo todavía. Ya tenemos una zona de food, que eso está buenísimo y restaurantes en la costanera hay un montón, cervecerías y fabricas de cerveza hay varias también yo creo que vamos por muy buen camino.

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