Cuando compramos huevos. ¿Hay que lavarlos y ponerlos en la heladera?

La licenciada en Nutrición, Mariana Porro explica cómo es la manera correcta de almacenar los huevos, para que se conserven de la mejor manera, tengan más vida útil y no corra riesgo salud de quien los consume.

Los huevos tienen una capa protectora en su cáscara, una cutícula que contiene propiedades antimicrobianas, y los protegen de microorganismos externos, olores y humedad.

Al lavar los huevos se elimina la capa protectora natural, facilitando su contaminación con bacterias

Al lavar los huevos se elimina la capa protectora natural, facilitando su contaminación con bacterias. La pérdida de humedad, aumenta el riesgo de contaminación, ya que una cáscara de huevo contiene aproximadamente 7,500 poros o aberturas. Una vez que se quita la cutícula natural, la cáscara se hace permeable, facilitando la contaminación de su interior.

Los huevos deben ser transportados y almacenados a una temperatura lo más constante posible. Almacenarlos en temperaturas frías, y luego exponerlos a temperatura ambiente, podría causar condensación, lo que a su vez podría promover el crecimiento de bacterias en la cáscara que probablemente se expanda hacia el interior del huevo.

Los huevos frescos que tienen una cutícula intacta

Los huevos frescos que tienen una cutícula intacta, no necesitan ser refrigerados, siempre y cuando sean consumidos en un periodo relativamente corto.

La vida útil para un huevo sin refrigerar es de 7 a 10 días, y para un huevo refrigerado de 30 a 45 días. Un día a temperatura ambiente, equivale a una semana refrigerado, con respecto al tiempo.

Si un huevo está infectado con salmonella, la bacteria se multiplicará más rápido si el huevo se almacena a temperatura ambiente, que en la heladera.

Por lo tanto, solo lavarlos solamente antes de consumirlos y almacenarlos a una temperatura constante. Ideal en heladera entre 1 a 10 grados.

Otro dato interesante a tener en cuenta, es que al cascarlo, no hacerlo en el mismo recipiente que se está utilizando para la preparación, para no contaminarla.

De todos los métodos de cocción, es aconsejable que superen los 75 grados.

¿Cómo darse cuenta que el huevo es fresco?. La cáscara está limpia, sin fisuras ni roturas al abrirlo. En la clara se distinguen dos zonas, una más densa y otra menos, pero sin llegar a ser líquida. La yema está firme y centrada sobre la parte densa de la clara, elevándose sobre ésta.

A medida que pierden frescura, se observa la yema más aplanada y la clara densa más extendida, casi sin parte líquida. A veces se observan grumos blanquecinos en la clara, estos son indicios de frescura y no afectan a la calidad ni al sabor del huevo.

Otra forma de saber si el huevo está en buen estado, es colocarlo en un recipiente con agua, si es fresco queda en el fondo y si flota está en mal estado.  

Un dato relevante, con respecto al consumo de huevos, es que cada vez más la gente se va inclinando hacia un producto que venga de gallinas criadas al aire libre, libres de estrés, donde se garantiza su comportamiento natural, y se prioriza su alimentación orgánica. Hay estudios que confirman que los huevos que son de las denominadas “gallinas felices” tienen 3 veces más vitamina A, 3 veces más vitamina E, 2 veces más omega 3, 7 veces más betacaroteno. (2007-Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) estudio comparativo de huevos comerciales y de gallinas felices).

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