Por: Juan Manuel Larrieu
En una pequeña chacra a orillas del río Negro, sumergido en el valle de la localidad de General Conesa, se produce uno de los mejores vinos de la región.
Su creador, Pablo Rodríguez pasó por “Con Todo Gusto” Radio y contó como nació el proyecto, a que apuntan y las características de la bodega.
“Soy la tercera generación de productores de frutas en General Conesa, empezamos con este emprendimiento hace doce años aproximadamente. Decidimos un cambio de rumbo en lo que era la producción de fruta de carozo. Estamos todavía en una transición lo más ordenada posible hacia lo que es el rubro bodega.
Empezamos con media hectárea, la fuimos ampliando hasta casi una y media. La idea es hacer, si todo anda bien, 10.000 botellas al año aproximadamente”. Nos adelanta Pablo sobre como nació la bodega.
¿Venís de una familia vitivinícola ?
Mis abuelos y mi viejo hacían vino, mi abuelo tuvo una pequeña bodeguita, en la época que había muchas bodegas. El vino que se hacía cuando era chico era un vino de mesa, no eran varietales. Era un vino patero, más bien dulce. Por ahí sin saber muy bien, a veces le salía bien a veces más o menos. Lo hacían sin mucho cuidado y a veces les salía bien y no sabían muy bien que había pasado.
Nosotros nos fuimos asesorando, trabajamos con un enólogo que dirige todos los procesos
Los viñedos los plantamos de cero, y a los tres años de plantados comenzamos a a producir.
Arrancamos con malbec, que es un todoterreno para la Argentina, es una cepa que anda súper bien. después lo ampliamos con algo de cabernet, que esperemos que el año que viene nos dé algo para ver qué tal se adapta.
¿Qué características buscaron en el diseño del vino ?
La idea fue siempre hacer un vino de gama alta o media alta, dentro de de las posibilidades en cuanto a tecnología de control de la temperatura y esas cuestiones.
Tenemos que lograr el mejor vino posible, que exprese las mejores cualidades.
Después de la fermentación hacemos una decantación natural del vino y todos los sólidos que quedan de la fermentación se depositan, y así logramos es una clarificación natural. Luego pasa a barricas de roble francés donde el enólogo van evaluando el tiempo, pero es alrededor de cinco meses más o menos.
¿El malbec se dio bien en el terreno, se adaptó ?
Sí, es una cepa que se adaptó muy bien, de una sanidad increíble. Nunca lo hemos fumigado con nada, no hace falta. Eso se da por el viento, también hay muchos terrenos arenosos, pedregosos cerca del río con mucho viento, mucho calor, mucha sequía, entonces no hay lugar para hongos y enfermedades.
¿Por qué se llama Un Refugio ?
Mi abuelo tenía un lugar al lado del río, entre los árboles, tipo camping y que lo llamábamos El Refugio, de ahí quedó el nombre. Un homenaje a los abuelos y a la infancia. Mi infancia fue soñada en ese lugar.
“Un Refugio” se puede encontrar en Viedma en la cafetería “Funghi” y en el almacén “Olivas y Sabores.”
