¿ Cómo transforma Sabrina Nanti la cocina en una experiencia única?

Especial : contodogusto.com.ar

En la escena gastronómica patagónica, pocas figuras representan con tanta autenticidad el espíritu emprendedor y la pasión por la materia prima local como Sabrina Nanti. Cocinera, docente y creadora de un innovador proyecto de cocina boutique, Sabrina no solo cocina platos, sino que construye vínculos y experiencias que hablan del territorio, sus productores y una visión moderna de la gastronomía.

Un camino marcado por la perseverancia y la independencia

La historia de Sabrina no es la de un trayecto lineal hacia el éxito, sino la de una mujer que supo abrirse camino con esfuerzo y determinación. Proveniente de una familia trabajadora, no tuvo el privilegio de estudiar una carrera universitaria desde joven, pero eso no detuvo su impulso. Trabajando en empleos administrativos, conciliaba horarios y noches de estudio en una escuela privada de gastronomía que abrió sus puertas en Viedma hace algo más de una década. “Mis padres no podían costearme una carrera universitaria, así que trabajaba y estudiaba con horarios cortados, incluso los sábados”, recuerda con naturalidad. Esa mezcla de sacrificio y pasión la llevó a no solo formarse, sino a decidir desde temprano que nunca sería empleada, sino que su camino sería siempre el de emprender.

Este espíritu autónomo marcó toda su carrera. Desde sus primeros pasos se inclinó por el trabajo independiente, consolidando un emprendimiento propio que hoy lleva su nombre: SN Cocina Boutique. A lo largo de los años, Sabrina fue explorando diferentes ramas del oficio hasta dar con su camino definitivo, orientado hacia eventos boutique donde la calidad, la proximidad con el cliente y el disfrute del oficio son prioridad.

Cocinar para compartir, crear y conectar

La propuesta de Sabrina va más allá del simple acto de cocinar: se trata de construir una experiencia gastronómica completa, personalizada y enriquecedora. “Trabajo con eventos boutique, donde la gente puede elegir qué quiere comer, con qué producto local quiere trabajar, y ahí armamos juntos el menú. No se trata de imponer, sino de dialogar y generar algo auténtico”, detalla. En estos encuentros íntimos, donde no hay más que unas pocas mesas, se privilegia el contacto directo, la conversación sobre la materia prima y la explicación de cada plato.

Este modelo de cocina boutique, que busca no solo alimentar sino contar historias a través de los sabores, refleja una tendencia en la que Sabrina se siente plenamente identificada. “No elaboramos solo comida, creamos experiencias. Eso es lo que la gente busca hoy: disfrutar y llevarse algo más que solo un plato”, afirma con convicción.

La mirada pedagógica: formando nuevas generaciones con identidad local

Además de su faceta emprendedora, Sabrina es una apasionada docente. Dicta la materia de Prácticas Profesionalizantes en el Instituto de Gastronomía de Viedma, donde su enfoque es integral y profundamente comprometido con la identidad regional. Para ella, la formación no es solo técnica, sino también un proceso de conocimiento profundo del territorio y sus productos.

“El trabajo con los estudiantes incluye visitas al campo, a productores, carnicerías, a empresas locales. Es fundamental que conozcan el recorrido del producto desde la semilla hasta la mesa, para que valoren el esfuerzo detrás de cada materia prima”, explica. Destaca la colaboración con productores como los de Sopilote, con quienes organizan capacitaciones y visitas que enriquecen la experiencia de aprendizaje.

En sus clases, Sabrina promueve la importancia de la materia prima local y el trabajo en equipo, preparando a los jóvenes profesionales para un mercado que demanda creatividad, conocimiento y respeto por la identidad. “Los chicos salen capacitados no solo en cocina, sino en servicio, administración y gestión, con una visión global que los prepara para enfrentar el desafío gastronómico actual”, comenta orgullosa.

Una profesión de sacrificios, que requiere pasión y disfrute

Sabrina es clara al definir la gastronomía: “Es una profesión durísima, física y mentalmente. Hay que aprender a disfrutarla para que no se convierta en un sacrificio insoportable”. Esa honestidad viene de la experiencia en cocinas grandes, donde el trabajo intenso puede hacer que muchos se quemen. Por eso, encontrar su nicho, el camino que permita disfrutar el oficio, fue clave.

“La gastronomía no es solo cocinar platos lindos, es administrar, conocer costos, bromatología, manipulación. Es un mundo amplio, complejo, y el que trabaja en él tiene que tener una personalidad fuerte y un compromiso genuino”, reflexiona.

Hoy Sabrina ha encontrado en la cocina boutique y en los eventos íntimos el espacio ideal para plasmar esa visión. “Como mamá, prefiero ambientes más relajados, donde pueda conectar con la gente, hacer una cocina con identidad, con productos regionales, y sobre todo, disfrutar lo que hago”, asegura.

El desafío de comunicar y valorar el trabajo gastronómico

Más allá de la cocina, Sabrina tiene una postura clara sobre la comunicación y la valoración del oficio. “Si no comunicás, no transmitís, no hay manera de que la gente valore el conocimiento de un producto o la profesionalidad detrás de un plato”, señala con firmeza. En ese sentido, su rol de docente y comunicadora se complementa, buscando que la gastronomía sea entendida y apreciada en todas sus dimensiones.

También subraya un problema frecuente: la dificultad para que el trabajo gastronómico sea justamente valorado económicamente. “Hacer un presupuesto lleva tiempo y dedicación, y muchas veces ni siquiera reciben un gracias. Es algo que enfrentamos quienes trabajamos con pasión y profesionalismo”, lamenta.

Otro punto que Sabrina enfatiza es la importancia del servicio y la atención al cliente. “La mejor comida puede perderse si el trato no es amable. La atención es la cara visible de todo el trabajo, y muchas veces los empresarios gastronómicos no le dan la importancia que merece”, alerta, defendiendo la capacitación de los trabajadores de salón como parte esencial del éxito.

Mirando hacia adelante: consolidación y crecimiento

Con una cocina propia en casa y planes de armar un espacio más grande, Sabrina está en un momento de crecimiento y consolidación. “Ahora ya es necesario contar con una cocina adecuada para poder expandir el trabajo y seguir creando experiencias que conecten con la gente y con nuestra identidad”, dice con entusiasmo.

Su mirada está puesta en seguir potenciando la gastronomía regional desde el emprendimiento, la formación y la conexión con los productores. En un mercado que evoluciona, Sabrina Nanti se muestra como una líder auténtica, que combina pasión, trabajo duro y creatividad para construir un camino que inspira a quienes sueñan con hacer de la gastronomía una forma de vida.

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