Río Negro posiciona cada vez más en los mercados del mundo, su historia vitivinícola, su sello patagónico y por sobre todo, la dedicación y pasión para desarrollar vinos de terroir, que los diferencia de la industrialización a gran escala de otras bodegas, y de una forma más artesanal, logran representar en el vino, la tierra, el clima y la idiosincrasia del lugar donde fueron realizados.
En referencia a lo mencionado, a orillas del río Colorado se encuentra Bodega Trina, que deja confluir el encuentro entre el río, la tierra, el viento, la viña y los pájaros, para elaborar uno de los vinos más representativos de la Patagonia.
El referente de este proyecto es Ezequiel Naumiec, y aunque es oriundo de Mendoza, dice que se encuentra en la verdadera tierra del vino.
El proyecto comenzó en el año 2013, “encontramos una chacra abandonada a orillas del rio Colorado”. Cuenta Ezequiel.
Río Colorado es una localidad con una historia vitivinícola muy fuerte, cuando el vino de la Patagonia era de otro volumen.
Vengo de Mendoza, dicen de la tierra del vino, pero no es tan así . Río Negro tiene una historia muy fuerte y eso me enamoró. Se presenta Ezequiel.
Río Negro tiene una historia muy fuerte y eso me enamoró.
En una nota exclusiva con www.contodogusto.com.ar Ezequiel cuenta como nació Trina y a que apunta.
Hacemos vinos de terroir, que es un producto muy autentico, es un vino que pertenece solamente a un lugar, de la misma tierra, de la misma humedad. Nada de lo que haya adentro de una botella de vino de Trina es de afuera, todo sucede acá dentro.
La chacra contaba con viñedos muy antiguos e intentamos recrear lo que pasa con nuestros suelos. La chacra está dividida en en tres suelos muy diferentes. La parte de adelante es muy arcillosa, de suelo duro, entonces trajimos clones de Tupungato para injertar. La parte céntrica de la chacra tiene mucho calcáreo y es rocoso, trajimos clones de Alto Valle. Lo que es de la costa, que es arena, es autentica de Río Colorado. Jugamos a eso, tres suelos distintos, tres clones de malbec diferentes y hacemos blend de malbec. Este año incorporamos algo de pinot noir y merlot para darle el acento patagónico. Detalla Ezequiel sobre Trina.
En cuanto a la producción de vinos, cuenta que Hacen tres tipos de vinos, uno joven que solo se vende en Río Colorado, luego tenemos un vino de dos inviernos, que es de decantación natural de dos años, sin hormigón y sin madera. Un tercer vino reserva, que se divide en dos, uno de arena, que pasa entre seis y doce meses en roble francés, y luego tenemos un gran reserva que proviene de las viejas viñas, pasado por madera. “Lo que buscamos con la madera es micro oxigenar y no que tape nuestra fruta, trabajamos mucho para tener una muy buena fruta”.
“Nos dimos cuenta que es un lugar donde transita mucha gente y tenemos ciudades importantes muy cerca, así que montamos un restaurante. Hacemos comidas naturales, carnes caminadas, huerta orgánica, todo lo que va en la misma dirección que nuestros vinos.
hay una comunión muy fuerte entre la viña y los pájaros
También agregamos una hostería boutique , que simulan ser casas de horneros, ubicados en la punta del río y entre los viñedos. La idea es que la gente pueda sentirse parte del engranaje natural que es la vitivinicultura. Acá en Trina todo tiene que ver con los pájaros, Trina es en referencia al trinar de los pájaros. hay una comunión muy fuerte entre la viña y los pájaros”. Resalta Ezequiel.
Por último, nos cuenta sobre las visitas guiadas, “la idea es que la gente se sienta enólogo por un día. Estamos convencido que el vino se hace en la viña, lo que sucede en la bodega es consecuencia de lo que trabajamos todo el año en la tierra.
También realizamos el maridaje con comida. Hacemos un circuito muy lindo, que comienza en la viña y termina en una cena de siete pasos con nuestros mejores vinos”.